Crónicas desde la distancia: Variaditas


Bienvenidos a Canada

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El año 2014 comenzó bien, apresurado, transcurrió raudo y veloz  como el viento a la orilla del mar. En Enero fuimos invitados a tomar el examen para optar a la ciudadanía canadiense. En Marzo, mientras AirCanada suspendía de manera indefinida operaciones desde y hacia Venezuela, Chami y yo nos convertíamos en ciudadanos canadienses, en una ceremonia que nos reenvió directamente al terruño, nuestra Venezuela. Una jueza bien simpática, envestida con todos los poderes otorgados por las leyes canadienses, con mucha alegría, orgullo, orden y seriedad, nos daba la bienvenida a 60 personas provenientes de 28 diferentes países, quienes optábamos por convertir nuestra intensión en un certificado con nombre de país norteamericano. «Bienvenidos al país de las oportunidades, Canadá cuenta con ustedes para seguir enriqueciendo nuestra diversidad, contamos con su aporte para ser mejores», decía la señora mientras algunos lloraban, otros reían y nosotros pensábamos que hacer para obtener un pasaporte, ya que este cambio de estatus nos convertía de residentes permanentes (eso incluye entregar la carta de residente permanente, documento requerido para viajar) a ciudadanos del mundo. Dos nacionalidades, dos países, dos realidades, el norte y el sur en el mismo corazón, dos ciudades miles de culturas, sentimientos encontrados, cambios.

Confianza en el sistema

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Luego de obtener el certificado de ciudadanía canadiense, hay que esperar dos días para aparecer en el sistema. Ese jueves, ambos fuimos confiados que el sistema cumpliría con su palabra, a la oficina encargada de la emisión de pasaportes. En la entrada, poco o casi nada de cola para presentar los documentos exigidos para el trámite del documento de identidad, tal y como lo indican en el sitio web de identificación Canadá. La señorita nos atendió muy amablemente y extrañamente no utilizó ni una sola vez la frase «Mi amor», muy popular en el vocabulario de los funcionarios públicos que rigen los destinos en la Venezuela de estos tiempos. Nos pidieron tomar asiento, todo estaba en silencio, nada de ruidos, celulares sonando, niños brincando, gente riendo a carcajadas, nada de nada. 20 minutos después, nuestro número fue reclamado en una de las taquillas y la chica nos vuelve a sorprender esta vez pidiéndonos la fecha del próximo viaje, en nuestro caso era 4 días hábiles más tarde. Aunque es posible habilitar el trámite del pasaporte, para obtenerlo más rápido, la chica nos dice con la tranquilidad del que conoce lo que hace, «no es necesario que pague para obtener su pasaporte por la vía expresa ya que un día antes de su viaje, su documento estará listo». Total incredulidad y asombro fue el reflejo inmediato de ambos. Para colmo, cuando preguntamos si tendríamos que venir ambos, personalmente a buscar el documento, la muchacha categóricamente amable dice nuevamente: «no hace falta, en este papel que le estoy dando «recibo tipo esos que emiten los cajeros automáticos», allí firma autorizando a la persona que vendrá a reclamar el pasaporte y listo»….. Así quedamos, llenos de asombro y mayor fue nuestra sorpresa al confirmar que un día antes de nuestro viaje, tal y como ofrecido, el documento había sido emitido sin problema. Que maravilloso es confiar en el sistema.

La Caja de la felicidad

Tener familia y amigos es lo máximo, y viviendo a muchos kilómetros, debido a la distancia que separa Canadá de México, Estados Unidos y Venezuela, convierten el mantenerse en contacto todo un reto. Se requiere mucha astucia, paciencia, estrategia y buena planificación para que tus seres queridos reciban una muestra, un regalo, un detalle vía el servicio de correos, que represente el amor y lo mucho que los quieres y extrañas. Aquí les va un ejemplo que ilustra que el amor no tiene fronteras ni límites:

Mi mamá estuvo en Venezuela durante el mes de Noviembre del 2014, dos semanas primero en la capital (Caracas), luego una semana y unos días en la isla de Margarita y después unos días de vuelta en la capital antes de partir a México. Durante el trayecto recolectó:

  • Zarcillos hechos a mano por artesanos de las playas de la isla de margarita para Chami
  • Mandó a hacer con un artesano local de la isla, una virgen pintada en una sola madera a dos piezas, una para mi hermano que vive en México y la otra para mí que vivo en Montreal.
  • En Caracas buscó referencias y compró 4 películas que le recomendaron y que según nuestros gustos podrían gustarnos.
  • Pasó de visita por la casa de mi suegro (el papá de Luisa) y trajo de allá la película «Libertador» enviada por mi cuñada Cristina.
  • Desde Puerto Ordaz, Estado Bolívar mi tía Lissette le hizo llegar una foto gran formato de mi abuela Apolonia cantado y una cesta hecha por los indios para nuestra cocina.
  • Compró cholocates Carré, dos latas de Pirulin, Samba y Cocossette.
  • Siendo Magallanera consiguió y compró el libro que le encargó Chami titulado «Mari Montes Crónicas fanáticas Leones».
  • El libro Objetos no declarados de Héctor Torres, una pieza literaria imprescindible en estos tiempos de caos caraqueño.
  • Una gorra dry-fit de los gloriosos Leones del Caracas.

En Diciembre, viajó a ciudad de México y desde allá recolectó los regalos que mi hermano, mi cuñada y mi sobrina enviarían junto con los anteriormente mencionados:

  • Una franela dry-fit para hacer ejercicios
  • Dos bufandas finísimas para hacerle frente al frio
  • Una cartica hermosa escrita por la hermosa enana Ana Sofía.

El amor envuelto en papel de regalo, repleto de etiquetas, sellos, tiempo y dedicación es simplemente la que yo llamo la caja de la felicidad.

Inspiración

Hasta la próxima publicación

Jesús

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